Me llamo Mario Maturana Cañoles, pero me llaman “Matu”, por mi apellido. Soy Diseñador de la Universidad de Valparaíso, sureño de origen y, como muchos estudiantes, salí de casa cuando entré a la universidad en Valpo y me quedé en la Quinta Región hasta el día de hoy. Corro, podría decir que desde la época universitaria, al menos para estar en forma. Luego de pasar por trekking y media montaña, descubrí que sí podía moverme más rápido por el terreno y que, incluso, eran paradigmas diferentes a lo que se planteaba en los manuales clásicos. Esta transformación constante en la técnica, el estudio del rendimiento físico, el equipo y la tecnología me llamó mucho la atención y creo que el punto de inflexión fue cuando mi amigo Manuel participó en la Gran travesía del 2018, porque no entendía como podían existir carreras de ese formato.
La elección de mis proyectos, en verdad, creo que es una mixtura entre fotografiar carreras, que es un trabajo, y lo que podría querer demostrar a través de algún concepto. Creo que un elemento trascendental es que el proyecto sea desafiante para mí como deportista/fotógrafo así como para él o la deportista. Me gusta ser parte de un desafío inédito o descabellado. Y, ¿cómo ser parte de eso? Entrenando duro para aguantar el ritmo y ser un “perro de montaña”, totalmente autosuficiente.
Me siento más parte de una red de corredores con diversos objetivos, que van desde buscar posiciones en el podio hasta deportistas que se consideran recreativos. Dentro de ese mundo, yo solo busco moverme rápido en montaña y ser altamente autosuficiente en montaña y alta montaña.
Soy super crítico de la escasa cultura de montaña que tenemos como país, incluso teniendo la cordillera en nuestra idiosincrasia, pero sin saber explotarla. La crítica no es contra la gente que lo practica, sino contra nuestra institucionalidad que no ha sabido pensar planes educativos para las escuelas, mejorar coordinación entre las instituciones involucradas, crear planes y órganos de rescate ad hoc, garantizar el libre acceso a las montañas, etc. Creo que está todo altamente relacionado y, si las gestiones fueran adecuadas, seríamos un país productor de grandes andinistas, deportistas invernales, gente con mejor calidad de vida, un país de montaña, etc.
De mis proyectos, un ataque especial y desafiante fue lograr el Volcán Lanín en solitario invernal en 10 horas. El clima estuvo a mi favor y el equipo utilizado anduvo perfecto. Estuve totalmente solo en toda la ruta desde la noche anterior hasta cuando volví al auto. Fue una tremenda recompensa, porque fue el 2020, en medio del COVID-19, cuando las fases de las ciudades cambiaban constantemente. Venía entrenando hacía muchos meses y todos estos avances y retrocesos habían boicoteado más de alguna salida, por eso, cuando logré la cumbre, me di cuenta de que había alcanzado mi techo tras la planificación de esos meses.
Otro proyecto, no sé si desafiante, pero muy disfrutado fue correr el Paso de Vuriloche o Paso de los Jesuitas, conectando con Argentina en la zona de Pampa Linda, cerca de Bariloche. El recorrido arrojó 80k con 3200 D+ y es un sendero de baja dificultad técnica, de 6 a 7 días, que logré en 51 horas, tomándome todo el tiempo del mundo. Lo hice en solitario en modo fastpacking y lo más importante fue la navegación nocturna y ser autosuficiente en medio de la nada.
En el trayecto me encontré con una brasileña y un francés y luego, al finalizar, un par de gringos. Fue dantesco llegar al punto de control chileno porque el retén de carabineros era una cabaña estilo refugio de montaña donde me dieron un papel de salida y listo… estaba en territorio argentino.
Para enfrentar cada desafío, parto por definir un objetivo y luego levantar información para crear un plan de ataque. Me acomodan mucho las actividades en solitario, por ende, aplico una matriz de planificación para dejar la menor cantidad de detalles sin resolver, sobre todo si es una zona a la cual no me he enfrentado. También soy flexible y para levantar info en terreno suelo hacer aproximaciones en la zona… bueno, depende de la locura: si es modo travesía, si hay que levantar el track de un segmento que falte, si es hacer una cumbre icónica, consultar a otros, etc.
Me inspira desarrollar un estilo propio que me permita moverme libremente en montaña. Creo que debemos valorizar el Andinismo como estilo (vs el alpinismo, que está altamente desarrollado) y empujar a que las nuevas generaciones estén más formadas y sean más audaces.
Tengo muy claro que no inventaré el hilo negro, pero si más deportistas tenemos la curiosidad de actualizar las formas de hacer montaña, crearemos un estilo más robusto. Escaladoras en solitario, andinismo minimalista, travesías de alta montaña, actividades endurance, etc. Todo esto serviría para desarrollar un concepto de andinismo más profundo.
Me motiva mucho estar buscando proyectos y eso es un ejercicio constante… no para impresionar a alguien, sino siempre viendo qué posibilidades hay de hacer algo más en lo que ya conocemos: ¿Se podrá unir aquí? ¿Se podrá hacer en modo travesía? ¿Puedo llegar hasta allá? ¿Doble cumbre de 5 mil? ¿Cómo lo logro en solitario y sin apoyo? Eso y muchas preguntas más.
En cuanto a mis próximos pasos, tengo algunas cosas en el tintero desde hace mucho: una es una travesía en altura en Perú, que tengo en la cabeza hace al menos 2 años. En un momento me di cuenta que una de mis fortalezas era hacer travesías con autosuficiencia, porque me siento confiado y puedo resolver cosas en caso de emergencia, ya sea refugio o comida, porque es un contexto de media montaña que manejas relativamente. Luego pensé… ¿y si se le agrega a eso el condimento de la altura? ¿Podré hacer un hiking más veloz a los 5 mil?… y ¿en otro país?
Por otro lado, hace mucho tiempo que me gustaría hacer un 6 mil en solitario… eso ha quedado un poco relegado, pero me gustaría plantear una fórmula propia, atendiendo a la logística pero también con rondas de aclimatación… creo que eso sería un punto de madurez para lo que he ido practicando.
Algo que tengo muy presente es repetir Paso Vuriloche para hacerlo en menos tiempo y tengo en la mira el Paso del León por Cochamó (100k), obvio, aplicando autosuficiencia, para cerrar en Argentina con una pizza y una buena cerveza.
댓글