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  • isabelcastillotoro

Relatos de Montaña. Sofía Cofré: Nunca se llega a la misma cumbre dos veces.

Muchas veces hemos oído la renombrada frase de Heráclito “Ningún hombre puede cruzar el mismo río dos veces, porque ni el hombre ni el agua serán los mismos”. Pues lo mismo sucede en la montaña: Nunca se vuelve a la misma cumbre dos veces, porque no es la misma persona que asciende, ni es la misma cumbre la que toca.

Un ejemplo que me gustaría relatar es cuando en enero del año 2021 decidí hacer cumbre dos veces en el día en el Cerro el Plomo desde Federación, fue una idea que surgió con unos amigos en tono de broma, pero luego pensé que realmente era una buena idea.


La logística sería acampar en el campamento base para hacer mi primera cumbre antes del amanecer, luego descender hasta el refugio Bizarri e inmediatamente comenzar el segundo ascenso. Así es como el día 23 de enero del 2021 a las 2 am me encontraba saliendo de mi carpa en Federación en dirección a cumbre del Cerro el Plomo. Era la única persona subiendo a esa hora, la temperatura era muy agradable y nada más que oscuridad. Iba por mi cumbre número 14 en ese entonces, para luego hacer la número 15.

La subida fue muy grata, ninguna luz alrededor, y ya cuando me encontraba subiendo el traverse a los 5000 msnm, la temperatura comenzó a descender. Rápidamente crucé donde se encontraba el -antes- paso de glaciar, para luego tomar la última subida y el camino que me llevaría a la placa de Middleton. A las 5:00 de la madrugada me encontraba en cumbre del Cerro el Plomo, ninguna luz alrededor. Me quedé dos minutos y luego comencé a descender.



Cuando me encontraba bajando alrededor de los 4800 empecé a ver las primeras luces y a las primeras personas. Ellos me decían: “¿Vas de vuelta tan temprano?” a lo que yo respondía “Voy a bajar para luego volver a subir” lo que les hacía mucha gracia y les llamaba mucho la atención. Con las primeras luces del día ya me encontraba bajo el refugio Agostini y más personas subiendo. Para todos era algo muy novedoso que me encontrara subiendo el cerro dos veces.

A las 7:00 de la mañana, llegué al refugio Bizarri, me desabrigué un poco y comencé a subir de nuevo. Me encontré a varios que había visto anteriormente y claro, efectivamente iba por mi segunda cumbre de ese día, veía tanto entusiasmo en ellos como en mí misma por lo que estaba haciendo. Así entonces a las 10:00 am llegaba por segunda vez al Cerro el Plomo.

Fueron dos cumbres diferentes en el Cerro El Plomo, dos experiencias distintas y dos personas distintas que lo subieron. No solo por el hecho de que una primera cumbre fue absolutamente a oscuras y la segunda no, sino que la persona que asciende un cerro, no es la misma que la que lo baja. Aunque sea de una manera mínima, pero la visión cambia, los pensamientos cambian.


Eso mismo sucede cada vez que ocurre el ascenso a algún cerro, sea este técnico o no, sea este un cerro que requiera técnicas de cruce de glaciar, escalada o uno en que caminemos sin instrumentos adicionales, cada uno genera una experiencia nueva, distinta y que es un aporte a quienes somos y a quienes seremos.


Porque nunca seremos la misma persona que ascendió, ni la que se preparaba para atacar cumbre, y en eso hay mucha belleza, y en todo lo que sucede arriba en la pura montaña.

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